Un objetivo importante de una buena
experiencia del cliente es hacer que los clientes se sientan especiales. Ese sentimiento particular puede presentarse de muchas formas diferentes. Estaba leyendo un artículo sobre la retención de clientes, y me impulsó a empezar una lista de formas de hacer que los clientes se sientan especiales, quieran volver, e incluso quieran compartir su experiencia con amigos, familiares y colegas.
Apuesto a que hay un libro entero que puede dedicarse a este tema, pero por hoy nos limitaremos a las primeras que se nos ocurrieron. Con eso, aquí hay cinco maneras de hacer que sus clientes se sientan especiales:
Cinco maneras de hacer que los clientes se sientan especiales
Deja de vender y empieza a cultivar relaciones
Vender es obvio. Construir una relación que fomente la confianza y la conexión es una técnica de venta menos obvia. Si cada vez que te pones en contacto con el cliente, ya sea en persona, por teléfono, por correo electrónico, por mensajes de texto o por cualquier otra forma de comunicación, lo único que haces es vender, vender y vender, el cliente se desconectará. Si muestras interés por los clientes más allá de sus carteras, estás alimentando las relaciones. La experiencia del cliente no debería ser un discurso de ventas ininterrumpido.
Brindarles educación y consejos
Haz que tus clientes sean más inteligentes. Aparte de darles consejos sobre cómo tener más éxito con tus productos, explícales ¿Cómo puedes ayudarles a tener más éxito en su negocio o en su vida? Ofrece educación relacionada con lo que te caracteriza. Y no lo hagas con un argumento de venta. Se trata de un valor añadido que se suma a la experiencia del cliente.
Ofrece un adelanto de tus productos más nuevos o de lo que está por venir
El acceso a la información privilegiada es siempre una forma poderosa de hacer que un cliente se sienta especial. Si no es cliente, no tiene la "información privilegiada". Y esta información debe ser lo suficientemente convincente como para que quiera seguir siendo su cliente.
Hazlo personal. Al menos, que parezca personal
Es fácil enviar mensajes de texto y correos electrónicos que incluyan el nombre del cliente y otros datos que le hagan sentir que el mensaje está personalizado, sólo para él. Pero eso es sólo el envoltorio.
El verdadero enfoque personal consiste en asegurarse de que el mensaje está 100% dirigido al cliente. En otras palabras, si vendes zapatos y sabes que tu cliente compra zapatos para correr, no le envíes mensajes sobre zapatos de golf. El contenido equivocado destruye el esfuerzo de personalización.
Y, por último, agradece siempre al cliente.
Hay muchas oportunidades para dar las gracias al cliente. Puede ser cuando hace un pedido, en la factura, en un correo electrónico de seguimiento o en una nota de agradecimiento, y mucho más. Nunca se agradece lo suficiente. Tus clientes han confiado en ti lo suficiente como para desprenderse de su dinero. No permitas que se vayan sin ser apreciados.