¿Por qué haces lo que haces?
En WOW! Customer Experience no todos los días son de aniversario. ¡Es el momento de que celebremos un nuevo año como Wowers! Y de preguntarnos una vez más ¿Por qué haces lo que haces?
Haz una pausa en la larga cadena de acciones que impulsan tu día a día y pregúntate:
¿Por qué haces lo que haces?
Con frecuencia todos estamos tan ocupados en lo que tenemos que hacer que no nos damos el tiempo de pensar en por qué hacemos lo que hacemos. Cada cosa que hacemos en nuestra vida, cada uno de nuestros comportamientos tiene un origen, y un motivo. A veces puede ser “superficial”. En ocasiones trascendental. No obstante nuestros actos determinan nuestros resultados, y estos en buena parte, nuestra sensación de bienestar o frustración.
"¿Por qué?" puede ser una pregunta poderosa. La última vez que pensé en serio en por qué hacía lo que hacía la respuesta me llevó a una intensa búsqueda de un lugar desde el que pudiera continuar mejorando la vida de las personas. Fue complejo lograrlo. Por un tiempo sentí que me había perdido. Hasta que junto a WOW! Customer Experience volví a encontrar mi propósito.
Antes de llegar a WOW! Customer Experience, por casi una década, había estado al frente de las operaciones de servicio al cliente de una gran empresa de entretenimiento. Era un trabajo analítico, creativo, retador, donde tenía la libertad de innovar, generando mayores beneficios para la empresa, a la par que llenaba de valor a nuestros clientes. También era duro, pero cada hora de esfuerzo valía la pena. En algunos momentos faltaban las fuerzas. Sumamos muchos fracasos y frustraciones. Pero a pesar de ello no dejábamos de cosechar también increíbles logros.
Nuestro propósito determina nuestro comportamiento.
No es lo que hacemos lo que nos motiva a levantarnos cada mañana. Lo que nos mueve es el por qué lo hacemos.
Gracias a esa época hermosa logré mudarme a la Argentina, transferido a un nuevo puesto y con mayores responsabilidades. No obstante las cosas darían un giro de 360 grados. A tan sólo meses de haber asumido mi nuevo rol la organización cambió de dueños y con ello también sus prioridades. Pronto me encontré haciendo cosas que no estaban en línea con mi propósito. Pensé que no importaba. Tenía una familia que sostener. Esa fue la excusa para encontrarme trabajando por dinero.
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¿Tienes un trabajo o un propósito?
La mayoría de las personas forman una familia, tienen un trabajo con el que ganarse la vida y, después, se mueren. Dejan de crecer, dejan de estirarse, dejan de exigirse a sí mismos. A mucha gente les gusta quejarse, pero no quieren hacer nada para cambiar su situación. La mayoría no trabaja para lograr sus sueños. ¿Por qué no hacemos nada para cambiarlo?
No lo hacemos porque cambiar es un montón de trabajo. Significa estar despierto toda la noche jugando con un pensamiento en tu cabeza; significa empujarte a ti mismo fuera de tu zona de comodidad; y siempre se necesita mucho más que las ganas de cambiar. Hace falta disciplina para terminar lo que has empezado.
Cuando empecé a trabajar solo por el dinero una de las cosas que más disfrutaba en el mundo se tornó gris, rutinaria y un terrible peso. Solo pensar en tener que ir cada mañana a la oficina me hacía profundamente infeliz y me sumergía en un debate interno. ¿Debía seguir o abandonar? La verdad no tuve tiempo de cerrar una decisión. Los vientos de cambio se me anticiparon y la propia empresa me pidió retirarme.
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Por qué haces Identidad de propósito
Cómo en toda relación, entre las empresas y sus colaboradores debe existir identidad de propósito. Cuando no la hay alguno de los dos debe tomar la decisión de romper la relación.
En aquel duro momento fue que me pregunté: ¿Por qué haces lo que haces? Y encontré que mi propósito era ayudar a otros a ganar en sus negocios y llenar de valor la vida de las personas. Lo que más me apasiona de los negocios es la capacidad que tienen de transformar el mundo. Responderme esta pregunta me dió la claridad de buscar un lugar donde pudiera seguir adelante con mi sueño.
No tardé en encontrarme en una entrevista con Mariano y Marcelo en WOW! Customer Experience. Y desde el primer contacto sentí que tienen la visión y la convicción para crear algo grande, capaz de transformar la forma en que hacemos negocios en Argentina. Entonces la empresa era chica, pero había hambre de crecer, una gran idea e identidad de propósitos. Y los más importante: son gente que vive sus sueños.
Las personas que viven sus sueños son las ganadoras a las que hay que unirse. Son quienes hacen que las cosas pasen por qué saben que todo depende de la actitud. Las personas que viven sus sueños están dispuestos a tomar riesgos, haciendo todo lo posible para traerlos a la realidad.
¡Somos WOW!
Hoy WOW! Customer Experience cumple dos años. Y desde que nació todos lo que aquí trabajamos hemos sido protagonistas de este sueño.
Más allá de nuestro rol, en la diversidad, nos une nuestra misión: Llegamos al mercado latinoamericano para enriquecer la vida de las personas, ayudando a las empresas a diseñar mejores experiencias.
He incluso más allá de nuestra misión en WOW! Customer Experience como empresa los WOWers tenemos identidad de propósitos. Creemos que la experiencia de cliente aporta un diferencial competitivo a los negocios. Queremos guiar a otros profesionales hacia la centralidad en el cliente. Sentimos que la voz del cliente debe estar siempre sobre la mesa de los que toman las decisiones. Creamos dashboards que responden las principales preguntas de los líderes organizacionales. Transformamos conceptos complejos en imágenes y mensajes poderosos. Impulsamos cambios culturales para devolverle al cliente su lugar: el centro de todo.
En fin, ¡Mejoramos la vida de las personas!
Desempeñamos nuestros roles con pasión, sin importar las piedras en el camino. Por eso nada nos podrá detener.